En la Fiesta de San Lorenzo
El miércoles 10 de agosto celebramos al patrono de los diáconos. Lorenzo fue un mártir dedicado en cuerpo y alma a servir a Dios y a la Iglesia.
Hoy queremos agradecer la dedicación de nuestros diáconos permanentes Miguel y Luis, porque sabemos que el diaconado es una vocación, que está destinada a ayudar y a servir a los obispos y a los presbíteros. Es un grado de servicio (CIC 1554) que viene establecido desde el tiempo de los apóstoles, como lo atestigua el trozo del libro de los Hechos:
“Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: "No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo, mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra".Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, A Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquia; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.” (Hch. 6, 1-6)
¡Gracias queridos diáconos y sus familias, por esta entrega de amor a Dios!